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▶️ Enfermedad mental o locura colectiva ¿Qué es la obesidad?
Esta reflexión surgió tras la lectura de varios artículos científicos que intentaban argumentar que la obesidad era una enfermedad mental.
Es cierto que en el tratamiento de la obesidad hay que prestar un especial cuidado a las necesidades psicológicas de la persona, pero afirmar que es una enfermedad mental podría conducirnos a todos a una locura colectiva.
Trasladar la obesidad del casillero del trastorno metabólico al casillero de trastorno psiquiátrico parece confirmar que ya es hora de buscar un tratamiento alternativo a la obesidad ante el fracaso de las dietas restrictivas.
A pesar de que se sabe desde hace mucho tiempo que la causa de la obesidad es multifactorial, continúa el empeño de hacer el tratamiento centrado en un solo aspecto, dejando de lado los demás factores que la producen.
Hacer pasar la obesidad por una enfermedad mental, es otro intento de buscar una explicación simple a un problema complicado, como lo fue en su día reducir la causa de la obesidad a un juego entre las calorías que entran por las calorías que salen, cuando se planteó que la solución a la obesidad pasaba por la dieta restrictiva.
Dicho esto y sabiendo que la dieta restrictiva parece contraindicada, muchas personas obesas se sentirán perdidas sin un tratamiento y sería el momento de ofrecerles una solución sostenible que no pasase a formar parte del problema que queremos solucionar.
Las dietas restrictivas son la causa de muchos problemas psicológicos ya que conduce a la baja autoestima, complejo por obesidad, el estigma social por tallas grandes, sentimientos de fracaso e incapacidad por no conseguir el objetivo deseado y una mayor proporción de trastornos de la conducta alimentaria entre otros muchos.
Es complicado que entiendas este cambio de paradigma, porque en muchos medios y redes sociales se sigue promocionando la dieta restrictiva como la única solución a la obesidad cuando se sabe de sobra que la dieta forma parte del problema.
Te explicaré todo el trasfondo que se esconde detrás de este intento de convertir la obesidad en una enfermedad mental y al final te explicaré dónde considero que está el error fundamental de esta idea, que podría transformar un presunta enfermedad mental en una auténtica locura colectiva.
▶️ ¿Adónde nos han llevado la falsa solución de la dieta y el ejercicio?
Dieta y ejercicio solo tratan el síntoma que son los kilos, pero no tratan la causa de la obesidad porque solo atienden al concepto de ingreso de calorías y gasto de calorías. Todo se reduce a lo que entra por lo que sale.
Tratar la causa nos llevaría al terreno del comer emocional y comer con el piloto automático puesto, que es lo que nos hace comer de manera automática cuando no tenemos hambre. Son dos aspectos sobre los que no encontrarás mucha información.
Se trata de situaciones que se solucionan con un entrenamiento psicológico; en modo alguno necesitarían tratamiento psiquiátrico con medicamentos.
Si se sabe de sobra que la causa de la obesidad es multifactorial, por qué hay personas empeñadas en explicar un proceso complicado mediante una explicación tan simple que lleva a un tratamiento ineficaz.
▶️ ¿En qué se fundamentan las afirmaciones de que la obesidad es una enfermedad mental?
Se sabe que los circuitos cerebrales encargados de las emociones, también ponen en marcha o frenan el comportamiento de comer.
Hay autores que creen que esta parte del cerebro funciona mal, porque no conduce ni procesa bien la información emocional. Transforma cualquier situación en un tipo de ansiedad que el paciente soluciona comiendo. Estos autores afirman que estas zonas cerebrales no están bien desarrolladas en las personas obesas.
También se dice que los pacientes que experimentan algún trauma tienen elevados niveles de cortisol que impedirían que estas zonas del cerebro se desarrollen bien. Pero los niveles elevados de cortisol también se dan en la ansiedad y el estrés en personas que no padecen obesidad.
Para estos investigadores la causa de la obesidad sería una alteración del circuito neuronal de la ingesta. Lo que aleja la solución de los pacientes para darle el protagonismo a un tratamiento farmacológico.
Ya te expliqué en otros artículos que los taxistas de Londres tienen el hipocampo más desarrollado y los músicos un cerebelo más grande, porque el cerebro cambia según como lo utilizamos. Nuestro trabajo o nuestras aficiones cambian la estructura de nuestros cerebros.
Alguien podría decir que las personas que nacen con el cerebelo más grande acaban dedicándose a la música, pero ocurre que el cerebelo cambia cuando aprendemos a tocar un instrumento, no antes.
Lo que nos ocurre, y sobre todo cómo lo interpretamos personalmente, nos cambia más profundamente de lo que creemos.
Nuestro cerebro cambia para adaptarse a una manera determinada de ver la realidad, que en ocasiones nos perjudica. Pero cuando aprendes a interpretar la realidad de una manera que te ayuda, el cerebro cambia porque mejora nuestra manera de pensar. Esto es algo que no puede hacer ninguna pastilla.
Además comer nos permite relacionarnos socialmente con otras personas, también es una forma de relacionarnos con nosotros mismos y de integrar el mundo que nos rodea en nuestra sustancia interior, me refiero a que los alimentos y el entorno pasan a formar parte de nosotros mismos. Por si fuera poco, comer nos permite construir una relación con los alimentos. En muchas culturas comer tiene una faceta espiritual e incluso religiosa. Una buena relación con la comida mejora tu mente.
Comer es mucho más que ingerir alimentos, porque es una manera de construir e interpretar la realidad que nos rodea y forma parte de nuestra identidad cultural e individual. Forma parte de nuestra salud mental, como la restricción forma parte de nuestros problemas mentales.
Los humanos construimos símbolos constantemente. Podemos comprobarlo si nos fijamos cómo los utiliza la publicidad. Vemos que un coche también es un medio para señalar nuestro poder económico a los demás o nuestro compromiso ecológico, una casa es la representación de un estilo de vida y la comida nos la venden como un regulador emocional porque tiene la capacidad de alegrarnos o tranquilizarnos, alterando nuestro estado de ánimo.
Han conseguido alterar la relación que mantenemos con los alimentos y así han conseguido alterar nuestro equilibrio emocional
▶️ ¿Cuál es la relación entre la obesidad y los trastornos psicológicos?
Te lo explico con dos argumentos fundamentales:
- La obesidad es uno de los principales factores de rechazo social y eso deja una secuela psicológica muy importante que hay que atender.
- Hay una mayor incidencia de trastornos psiquiátricos entre los obesos.
Estos argumentos, también son la base de que se quiera considerar a la obesidad como un trastorno psiquiátrico.
Psiquiatrizar la obesidad es tendencia, pero también es tendencia tratar como enfermedades, situaciones que son normales y lógicas en la vida de una persona, como ya te expliqué en mi artículo sobre la menopausia.
▶️ ¿Qué relación tiene la obesidad con la psicología?
Cuando una persona se somete a una dieta restrictiva su comportamiento y su pensamiento cambian. Es una persona psicológicamente sana que vive una situación irregular, por eso su comportamiento y su pensamiento son irregulares ¡Esta es la clave del misterio!
Los datos que manejamos en la actualidad no nos permitirían decir, de ninguna manera, que la obesidad es un trastorno psiquiátrico.
Psiquiatrizar la obesidad podría considerarse un paso más hacia creer que el hecho de estar vivo o morir, son una enfermedad.
También podríamos considerar que el hecho de nacer humanos, podría ser una enfermedad psiquiátrica que afecta a toda la población y no lo digo en tono retórico, sino que el trauma psíquico, la ansiedad, la depresión y otras afecciones por el estilo, van a afectarnos a todos en algún momento de nuestras vidas y es algo normal.
¿Podemos decir que los seres humanos somos una especie predispuesta a la obesidad y a la enfermedad mental? ¿Podemos decir que la obesidad es, ante todo, una locura colectiva?
Por último es necesario pensar que considerar la obesidad como un problema psiquiátrico sería sumar al estigma social de la obesidad el estigma social de la locura. La solución nunca debería formar parte del problema.
▶️ ¿Cuál debería ser el objetivo del tratamiento de la obesidad?
El tratamiento no puede ser únicamente la reducción del peso. La obesidad es un proceso crónico, que depende de múltiples factores, por ello será necesario actuar sobre:
- La calidad de vida de la persona.
- Construir el hábito de la alimentación saludable.
- Un estilo de vida más saludable y proactivo.
- Ayudar al paciente a identificarse con su imagen corporal y con su identidad individual y social.
- Desactivar los pensamientos negativos y creencias erróneas que le sabotean.
- Ayudarle a gestionar sus emociones cuando se desbordan.
- Descubrir que somos capaces de comer con el piloto automático, que es algo que no se puede solucionar con fuerza de voluntad.
- Hacerle consciente de la presión social en contra y la necesidad de marcar límites saludables a esa presión.
- Ayudarle con la baja autoestima y la alta tasa de ansiedad y depresión.
- Hacerle consciente de cómo los traumas influyen en su comportamiento general y alimentario.
- Mentalizarle de que padece un trastorno crónico en el que las recaídas son frecuentes, pero que no implican un fracaso.
- Ayudarle a dejar la ideología de la restricción que le impulsa a hacer dieta restrictiva que es la causa fundamental de su mala relación con la comida.
- Y lo más importante, ayudarle a crecer como persona, porque es la herramienta fundamental para conseguir su bienestar psicológico.
Todos estos factores, si no se cuidan, seguirán activos. La mente también tiene que desprenderse de lo que le pesa. Es necesario adelgazar nuestros pensamientos negativos y la creencia errónea de que la dieta restrictiva es la solución, cuando está más que demostrado que es una parte fundamental del problema, porque produce obesidad a largo plazo.
La presión psicológica a la que se someten las personas a dieta restrictiva se expresa a través de síntomas físicos como la obesidad.
▶️ ¿Qué relación hay entre obesidad y enfermedad mental?
Las alarmas saltaron cuando algunos estudios señalaron la relación existente entre la obesidad y algunas enfermedades mentales, en concreto la depresión. Pero también se comprobó una interrelación importante con otros trastornos como la ansiedad, autoestima baja, fobias, personalidad antisocial y estrés.
También es cierto que hay otros estudios en los que no se encontró esa correlación.
Hay que considerar que obesidad y depresión son dos situaciones diferentes, que se pueden favorecer la una a la otra, por eso también habría que considerarlas bajo una perspectiva psicosomática.
Si dejamos la depresión evolucionar a su aire, sin cuidar la calidad de los pensamientos de una persona, es posible que desarrolle una enfermedad física que se asiente en el cuerpo, porque con la depresión disminuiría el auto-cuidado personal.
Y al revés si dejamos la obesidad sin tratamiento psicológico es posible que la presión social, los pensamientos erróneos, las creencias negativas que suelen acompañar a un tratamiento equivocado, sean el abono que necesita la depresión para crecer.
Pero posiblemente también ocurriría con otros procesos diferentes, que de no ser bien atendidos acabarían desarrollando obesidad y depresión.
Muchos deprimidos reducen su interacción con el mundo que les rodea y permanecen en una situación en la que pasan mucho tiempo inactivos y en la cercanía de una despensa muy bien aprovisionada.
Hay obesos que reducen su vida social al mínimo, porque no tienen las herramientas necesarias para enfrentarse a una situación de presión social adversa y asumen el comportamiento de un depresivo.
Si te comportas de una determinada manera, acabarás pensando de esa manera y te lo acabarás creyendo.
Pero, al mismo tiempo, es la clave de la ideología restrictiva que se basa en la propagación de creencias erróneas sobre lo que has de evitar.
Comportarte de una determinada manera te ayudará a pensar de una determinada manera. El ejemplo sería un obeso que se comporta como un depresivo aunque, al principio, no padezca depresión. Los estilos de vida del obeso y del depresivo coinciden en muchos puntos y comparten pensamientos negativos similares.
Podemos decir que la depresión y obesidad recorren el mismo sendero, a veces se bifurca, pero más adelante se vuelve a unir. Tarde o temprano, podrías llegar al mismo destino, no importa por dónde vayas, los caminos se mezclan entre sí, lo mismo que los caminantes.
No es posible separar la dimensión física del ser humano de su dimensión psicológica ¿Qué ocurre cuando te ves limitado por una enfermedad física y no puedes hacer tus actividades habituales? Ansiedad porque no llega el día de la curación, depresión porque te sientes inútil, rabia y frustración porque quieres volver a ser el mismo de antes y te ves incapaz…
La medicina psicosomática nos enseña una verdad olvidada, que es la necesidad de tratar a los seres humanos en su conjunto. Detrás de cada enfermedad hay una persona y detrás de cada terapeuta también debería haber una persona.
▶️ ¿Qué ocurre cuando tratamos de considerar la obesidad como una adicción?
La obesidad y muchos trastornos de alimentación tienen mucho en común con las adicciones. Es algo que no se puede controlar con fuerza de voluntad, porque domina la vida de la persona y la esclaviza, ya que se convierte en un comportamiento automático que no puede controlarse.
El problema surge cuando pretendemos ver la obesidad como una adicción. Es decir habría que alejar a la persona de aquello que le produce la adicción, habría que impedirle comer o al menos impedirle comer aquellas comidas a las que es adicto.
Está demostrado que la restricción es la causa de los atracones, de la alimentación compulsiva y de la obesidad. Entonces ¿es realmente una adicción? Insisto en que tiene rasgos comunes con la adicción. Pero no se puede aplicar el mismo tratamiento que se aplica a las adicciones porque genera más obesidad.
¿Qué ocurriría si al estigma de la obesidad de añadimos el estigma de la adicción?
▶️ Conclusión:
Hay demasiados factores implicados en la obesidad como para tratar de explicarla bajo un solo aspecto ya sea como enfermedad mental o con un juego de calorías.
Es un trastorno tan complejo que es necesario asumirla en su conjunto y no desde cada una de sus partes, porque así cometeremos el eterno error ya cometido con la dieta restrictiva. Porque de esta manera la solución pasará a formar parte del problema que queremos solucionar.
Empezamos este siglo sabiendo que las dietas han fracasado estrepitosamente. Sabemos que cuando sometemos a una persona a una dieta restrictiva su psicología se transforma completamente como ya te explique en el artículo por qué no pasar hambre para adelgazar. La restricción es como una ideología, transforma las creencias y el comportamiento de las personas, lo que se traducirá en más obesidad.
Se sabe que la dieta restrictiva, es lo que causa toda esta obsesión por la comida y los atracones ¿Y si la solución se ha transformado en parte fundamental del problema? Psiquiatrizar la obesidad podría constituir un problema nuevo como ocurrió con la dieta restrictiva.
Eliminar la dieta restrictiva y enseñar a las personas a llevar una alimentación saludosa, saludable y sabrosa es la solución que estaban esperando, porque convierte el auto-cuidado en un placer.
La obesidad no sería una enfermedad psiquiátrica, sino el resultado de adoptar una ideología restrictiva, que también está en la base de muchas conductas adictivas. Mi consejo: En la comida y en la vida evita ser demasiado estricta y restrictiva