Para saber cómo prevenir los efectos negativos de la dieta sobre la salud mental es necesario conocer las tres emociones negativas asociadas a la dieta restrictiva que son la culpa, la vergüenza y el rechazo hacia uno mismo.
Posiblemente hayas experimentado alguna de estas emociones negativas pero seguro que no sabías que son el resultado de los pensamientos negativos y creencias erróneas que se generan por seguir una dieta restrictiva. Prevenir estas emociones es fundamental para tu salud mental
Estas emociones se producen sobre todo cuando tratas de ser muy perfeccionista a la hora de hacer la dieta y te tomas cada fallo como una catástrofe.
Si tratas de luchar contra las emociones negativas empeorarás tu salud mental. El truco está en revisar qué pensamientos negativos asociados a la dieta restrictiva te provocan esas emociones negativas y eliminarlos.
En este artículo te hablaré de estas tres emociones y cómo se relacionan con la restricción y la salud mental porque aunque es un tema tremendamente importante. Encontrarás muy poca información de calidad sobre este tema.
Posiblemente te extrañe que a una información tan relevante no se le dediquen más artículos. Como te he explicado en otros artículos el tratamiento de los problemas alimentarios con dieta solo se centra en los kilos, es decir en el síntoma. Poco o nada te dirán de cómo afecta a tu salud mental y cómo prevenirlo
Tampoco se habla demasiado sobre la causa y mucho menos sobre su relación con las emociones. Quédate a ver el vídeo porque aprenderás cómo prevenir estas circunstancias.
Índice
▶️ ¿Cómo se generan las emociones negativas que afectan a tu salud mental?
Lo que más le preocupa a una persona que sigue una dieta restrictiva es que si come un poco de algo que tiene prohibido, no se podrá aguantar y acabará comiendo demasiado.
En cuanto toma un bocadito piensa que es una fracasada, que nunca conseguirá hacer su dieta de manera perfecta, porque si no es capaz de evitar comer un bocadito, tampoco será capaz de conseguir nada.
Entonces cree que no merece la pena esforzarse, porque nunca lo conseguirá, siente tanta frustración y rabia que decide darse un atracón con ese postre, porque todo le da igual.
Tras hacerlo se siente culpable, piensa que es una persona despreciable que no es capaz de hacer algo que necesita como es adelgazar, siente vergüenza de ser tan inútil y rechazo hacia ella misma, porque cree que su exceso de peso le dice a los demás que es un tipo persona que no sabe controlar sus impulsos.
Posiblemente conozcas esta secuencia de pensamientos. Tu manera de pensar cambia completamente tras probar un bocadito porque de manera inconsciente, has traspasado el control de tus emociones a la creencia equivocada de que comer un bocadito es una catástrofe de implicaciones monumentales.
¡Atención a este detalle!, no te sientes culpable por comer un poquito de postre, sino por creer que no eres capaz de hacer la dieta restrictiva de manera perfecta, y lo consideras una una catástrofe planetaria.
Prevenir esta forma de pensar perfeccionista es la clave para evitar los trastornos de la conducta alimentaria y proteger tu salud mental
▶️¿Qué ocurriría si la persona del ejemplo hiciese una interpretación alternativa de lo que le sucede?
Es decir si cambiase su manera de pensar. Por ejemplo «Me resulta muy difícil resistirme a comer ese postre en cuanto lo pruebo. No pasa nada si lo como, no es una catástrofe, no es necesario hacerlo todo bien para conseguir un resultado decente».
O mejor aún «Siempre estoy peleándome con la comida. Tengo una relación mala con los alimentos. Si para adelgazar tengo que esforzarme tanto en ser perfecta, no merece la pena. Seguro que hay otra manera más razonable de hacer las cosas que no sea privarme de todo. Investigaré más sobre el tema».
Esta manera de pensar alternativa previene el perfeccionismo de querer hacer la dieta restrictiva sin un fallo. Esto es imposible porque cuando persigues una meta imposible fracasarás siempre.
▶️ ¿No sería mejor eliminar estas emociones negativas para prevenir los efectos secundarios de la dieta sobre la salud mental?
De ninguna manera. Las emociones son fundamentales para nuestra salud mental y para relacionarnos de forma eficaz con nuestro entorno. La única solución sostenible sería prevenir esa necesidad perfeccionista de hacer la dieta sin cometer errores.
Los sentimientos de culpa no debemos eliminarlos completamente porque tienen varias funciones muy importantes.
Entre otras cosas, sirven para evitar el comportamiento indeseable de las personas tanto a nivel privado como público, aunque en este último caso sería más correcto hablar de vergüenza, de esta manera nos ayudan a gestionar el autocontrol y nos motivan a reparar el daño causado.
▶️ ¿Cuál es el origen de la culpa?
La restricción en todas sus formas, ya sea por comer alimentos que se consideran perjudiciales porque tienen hidratos o grasa, por intentar comer lo mínimo posible saltándote algunas comidas, por pasar hambre todo el día o por someterte a una dieta restrictiva.
Gran parte de las personas que se someten a la restricción tienen la expectativa irreal de que en algún momento su metabolismo cambiará y de esa manera podrán comer todo lo que quieran y ya no necesitarán de la restricción, pero la realidad no funciona así.
Este es el problema de tratar de alimentarte de manera perfecta, sin perdonarte el más mínimo error. Así tu alimentación será cada vez más restrictiva y tus metas más difíciles de alcanzar. A más restricción, más frustración y a más frustración más atracón.
Cuando lo intentas muchas veces, lo normal es que fracases mucho, pero si no lo tienes en cuenta acabarás creyendo que hay algo malo en ti. Te sentirás culpable. Este es el efecto secundario del perfeccionismo. Las personas que intentan hacerlo todo perfecto son las que se sienten más culpables y las que pueden sufrir un castigo más grave sobre su salud mental
▶️ ¿Cuál es el origen de la vergüenza?
La imposibilidad de seguir una dieta restrictiva sin cometer ningún fallo. Es decir la ideología restrictiva que es una forma de perfeccionismo.
Comer sano según lo que dicta la presión social sería comer alimentos bajos en nutrientes y energía. La vergüenza aparece por no seguir lo que hace la mayoría, es decir comer de manera restrictiva.
Esta restricción alimentaria te llevará a la restricción absoluta del disfrute de la comida en el presente, porque te inculca la falsa idea de que así podrás disfrutar de una posible recompensa en el futuro.
Suprimir el disfrute de una comida sabrosa te hará construir una mala relación con la comida y esa mala relación se convertirá en la causa principal de que no puedas adelgazar. Recuerda que el disfrutar de la comida también es necesario para tu salud mental.
Lo cierto es que con la restricción, la comida no representa ningún aliciente, de hecho comer puede llegar a resultar tedioso, porque comer de manera restrictiva te priva de todo lo necesario para sentir la satisfacción psicológica necesaria para construir una buena relación con la comida.
El restringir lo que puedes comer reducirá tus alternativas de comidas satisfactorias, tendrás la sensación de comer siempre lo mismo, lo que te conducirá a rechazar la comida. La restricción de nutrientes y de energía te conducirá al cansancio físico.
Muchas veces se pierde el gusto por la comida, porque el gusto se satura de tanto repetir las dietas, los sabores y los alimentos.
▶️ ¿Cómo prevenir el efecto del rechazo de ti misma sobre tu salud mental?
El rechazo es la emoción que sirve para indicarte lo que debe ser evitado, por eso la persona que lo siente busca apartarse de lo que le produce esta emoción, que son todos los pensamientos negativos con respecto a su imagen corporal.
La persona que experimenta esta emoción realmente es víctima de una serie de expectativas irreales con respecto a su propia imagen, una de ellas es creer que su imagen es su identidad, cuando la imagen es un elemento que forma parte de esa identidad personal.
Llegan a creer que su imagen física es la expresión de su incapacidad para utilizar la comida para alcanzar esa expectativa imposible. Rechaza su imagen física por que es la evidencia de su fracaso y es la raíz de su mala relación con la comida. Por eso es normal que haya personas que evitan mirarse en el espejo.
El verdadero problema es que estas personas identifican su imagen con su propia identidad, el rechazo de su imagen física se convierte así en el rechazo de su propia identidad como persona lo que destruye tu autoestima y deteriora tu salud mental.
La alimentación sería la barita mágica para modificar esa imagen física y por extensión su propia identidad, por eso es tan fácil caer en el perfeccionismo que representa la alimentación restrictiva, ya que es el único método que conoce la persona para cambiar esa identidad que rechaza.
La comida adquiere otro significado porque se convierte en el instrumento del cambio de identidad, por otra parte la restricción obliga a comer siempre lo mismo, así la comida no aporta ninguna satisfacción porque el gusto se satura y la comida solo es fuente de frustración y desagrado.
Atendiendo a la máxima de que eres lo que comes, es normal vivir en una privación constante por que los alimentos son lo que provoca esa identidad que se rechaza.
▶️ ¿Cómo prevenir el efecto de la culpa sobre tu salud mental?
La culpa surge siempre que la persona cree que ha violado uno de sus códigos morales más importantes.
Seguir una dieta sin cometer ningún fallo, es decir, con una expectativa perfeccionista, es una de las causas que produce un mayor sentimiento de culpa.
La secuencia siempre es la misma: se hace dieta restrictiva, se adelgaza, se come algo que no se debe, se produce frustración esto desemboca en un atracón, te sientes culpable y vuelves a empezar la dieta.
La culpa se origina en la creencia de que se ha cometido algún fallo al seguir la dieta, porque se cree que son estos fallos los que impiden alcanzar la imagen deseada o la identidad deseada. Crees que tu manera de seguir la dieta es defectuosa y ese defecto te impide ser la persona que quieres ser.
La restricción genera culpa y la culpa genera más restricción, es una situación de la que es muy difícil salir por uno mismo.
La culpa más grave es la que se refiere a la forma de ser, por ejemplo: «Soy una persona que no tiene fuerza de voluntad. Soy un desastre».
La culpa que se refiere a un comportamiento es menos grave, porque el daño puede ser reparado, por ejemplo: «He engordado un kilo. Voy a pasar hambre y a sacrificarme para compensarlo». En cambio cambiar la forma de ser es otra cosa.
Las personas que se exigen demasiado, suelen ser las más perfeccionistas y son precisamente las que se sentirán más culpables. Suelen exagerar las consecuencias de sus actos y sentirse culpables sin haber hecho algo realmente malo o incluso sin saber por qué.
La culpa más perjudicial es la que se refiere a comportamientos que la persona no puede controlar, por ejemplo el comer emocional o el automático. Por ejemplo: no me puedo controlar cuando pruebo mi pastel favorito.
Lo más triste es que la persona se culpa por estar aplicando una solución ineficaz que es la que utiliza todo el mundo, me refiero a la dieta y al ejercicio. No tienen en cuenta que las mayorías también se equivocan.
¿Vas comprendiendo por qué es necesario prevenir estas emociones negativas y cómo son capaces de deteriorar tu salud mental?
▶️ ¿Cómo prevenir el efecto de la vergüenza sobre tu salud mental?:
Mientras que la culpa es un asunto privado que depende del código de valores de la persona, la vergüenza es un asunto que depende de cómo cada persona percibe la presión social.
Si la culpa se basaba en infringir un código ético propio, la vergüenza se basa en infringir un código ético compartido por la sociedad a la que se pertenece.
Es la eterna oposición entre lo que es la realidad y cómo me gustaría que fuese, que son dos expectativas contrapuestas, también es la oposición entre la identidad personal y la identidad social de cada persona.
Esas normas sociales con respecto a la alimentación en la actualidad se centran en la restricción del placer que la comida ha de proporcionarnos, la restricción indica que estamos siguiendo una norma social no escrita.
La vergüenza surge de manifestar a la sociedad esa diferencia, en este caso a través del cuerpo obeso porque es el delator social por excelencia. De aquí surgen los prejuicios sociales hacia la obesidad, porque se considera que los obesos no son como la mayoría, ya que no siguen la restricción impuesta por la presión social.
De aquí surge la vergüenza del obeso porque su cuerpo delata que no se alimenta como la mayoría.
La vergüenza es una emoción más destructiva que la culpa, además conduce al aislamiento social y a la depresión.
▶️ Culpa y vergüenza son dos situaciones con muchos puntos comunes.
Dado que ejerce su influencia a través de la presión social, la vergüenza se ha puesto de moda en los últimos años como un eficaz instrumento de manipulación.
Las necesidades, deseos y comportamientos sociales, es decir las expectativas con respecto a la imagen física que se puede conseguir a través de la alimentación son irreales y no coinciden en absoluto con lo que la intuición y la razón nos dicen.
- 1. Estos sentimientos son la causa de la baja autoestima porque la persona cree que la delgadez es un reflejo de su valía personal. Te consideras poco atractiva, torpe e inferior a los demás.
- 2. Te sientes responsable de tu sobrepeso, cuando lo cierto es que estás tratando de corregir los síntomas que son los kilos, pero no la causa de los kilos como sería saber todo lo que te estoy explicando.
- 3. Rechazas tu aspecto y por extensión podrías rechazar tu propia identidad
- 4. Tu salud mental se deteriora día a día.
▶️ Conclusión
Lo que dice y hace la mayoría no siempre es correcto. No siempre es un referente por el que debas guiarte. Sobre todo cuando tu identidad social, el deseo de pertenecer a un grupo se opone a tu identidad individual, que paradójicamente es la que te hace sentir bien contigo misma.
Cuando tu sabiduría interior te dice una cosa y tu deseo de encajar en un grupo te dice algo totalmente distinto, es muy fácil sentirse indeciso.
Ya sabes que haciendo siempre lo mismo no puedes esperar un resultado diferente. Puedes pensar que necesitas hacer la dieta de la forma más perfecta posible, pero ya te he explicado en este vídeo que es ahí donde está la clave de tu problema, en el perfeccionismo.
Ahora mismo podrías preguntarte «¿Si hago lo que dice todo el mundo nunca conseguiré adelgazar y si hago lo contrario a lo que hace todo el mundo, adelgazaré?». Lo mejor que puedo recomendarte para resolver este enigma es que revises tu propia experiencia personal, porque seguramente ahí encontrarás la respuesta al dilema y lo segundo mejor que puedo recomendarte es que le preguntes a tu intuición.
Cuando actúas basándote en la ignorancia de la sociedad en la que vives sentirás las 3 emociones negativas relacionadas con la dieta restrictiva culpa, vergüenza o rechazo a ti misma porque estás construyendo tus objetivos en base a las creencias erróneas de la sociedad a la que perteneces. Permanecer atenta a las expectativas irreales de la sociedad en la que vives te ayudará a prevenir el deterioro de tu salud mental.
No tienes la culpa de los pensamientos equivocados de los demás. No siempre la mayoría tiene la razón.
Cuando reparas en el error de la mayoría te das cuenta de que ninguna de las 3 emociones negativas relacionadas con la dieta restrictiva tiene sentido ¿Para que seguir cargando con un peso que no te corresponde? Tal vez sea eso lo primero que tienes que adelgazar, desprenderte del peso con el que te hace cargar la presión social que quiere indicarte cómo tienes que alimentarte.
Si revisas mi blog y mi canal encontrarás la respuesta a muchas preguntas, estarás bien informada porque conocerás todo lo que influye en el peso y podrás decidir por ti misma estando bien informada. Ya no decidirás por lo que te diga la mayoría, sino por lo que a ti más te conviene, y lo mejor de todo, podrás prevenir el deterioro de tu salud mental y los trastornos del comportamiento alimentario.
Suscríbete que te sentará bien.
Nos vemos en el próximo vídeo.